El robot que ejerce de mascota
Diario Información.
Es mucho más que un juguete. Es una herramienta terapéutica. Es mucho más que un robot para convertirse en una especie de amigo que guía, estimula y acompaña a personas mayores, adaptándose de forma «inteligente» a las capacidades cognitivas y sensoriales de cada usuario.
«Eldertoy», que nació en Asturias diseñado por la empresa Treelogic y fue físicamente creado en el Instituto Tecnológico del Juguete (AIJU) de Ibi, es un prototipo que se está utilizando a modo de prueba y con notable éxito en un hospital catalán. A simple vista, «Eldertoy» parece lo más sencillo del mundo: algo así como un orondo cojín con una pantalla en la barriga. Tiene ojos, nariz y boca, y dos brazos que se mueven. Todo ello de color morado. Pero tras esta sencilla carcasa hay dos años de trabajo en el mundo de la robótica social.
El robot es capaz de detectar los estados de ánimo del usuario y responder a sus capacidades. Propone juegos, pide que lo acaricien o que lo abracen, es capaz de modular automáticamente el volumen de su voz. Si es ignorado, «Eldertoy» reduce paulatinamente su actividad.
Cuando Treelogic y la Fundación Sant Antoni Abat se pusieron de acuerdo para probar el robot en el hospital del Consorci Sanitari del Garraf en la localidad barcelonesa de Vilanova i la Geltrú, pocos podían sospechar el éxito que tendría.
Ester González, neuropsicóloga de la Fundación, asegura que «no sólo todos los ancianos lo han aceptado sino que han establecido con él vínculos afectivos».
«Nada es aleatorio en Eldertoy» señala el director de I+D de Treelogic, Sergio García Caso. Tampoco el color de este «cojín animado» con pantalla táctil que ha demostrado que ancianos con problemas serios cognitivos responden y se interrelacionan con la máquina. «El reto es plantear el estímulo adecuado a la capacidad de cada persona», agrega García Caso.
Para los ancianos con mayores dificultades de uso de pantalla, «Eldertoy» es capaz de mantener la atención del usuario; por ejemplo, haciéndolo trabajar su orientación especial, pidiendo que lo coloquen en una determinada posición o que le cojan en brazos. «Es impresionante comprobar como reaccionan ante «Eldertoy» ancianos que no respondían prácticamente a ningún otro tipo de estímulo».
El robot es de algún modo la al-ternativa digital a los animales de compañía. «Con los animales hemos tenido muy buenos resultados, pero es difícil introducirlos en un entorno hospitalario», explica Ester González Aguado. «Aquí el único inconveniente es que al robot hay que lavarlo a menudo por la cantidad de besos que recibe», dice Sergio Fínez, el coordinador técnico del proyecto desde Asturias.
«Eldertoy» fue probado por 36 ancianos usuarios del hospital. Con esa experiencia y antes de su comercialización, los asturianos de Treelogic rediseñarán detalles de su aspecto físico y su comportamiento, a la vez que incluirán más prestaciones. Tras poco más de un mes de prueba, saben lo principal: el robot asturiano se hace querer.
Fuente: Diario Información
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